
Ruta por China con niños
Shanghai
Salimos y terminamos en Shanghai. Dos días, inicialmente, en esta mega ciudad en la que visitamos el viejo Shanghai, el Bund, con su magistral Skyline, el jardín de Yuyuan y el parque de People’s Square. A continuación cambiamos totalmente el rumbo hacia el Noroeste para aterrizar en Chengdú. Aquí es donde se inicia realmente esta ruta.
Chengdú
Desde aquí fuimos en autobús a Leshan para probar su recomendadísima gastronomía y, como no, visitar el Gran Buda de Leshan.
Fenghuang
De aquí cogimos un taxi a Jishou, desde donde recorrimos en un tren hasta Zhangjiajie. Ya te contaré que debes tener en cuenta si quieres visitar lugares de interés aquí.
Zhangjiajie
No nos habíamos recuperado de nuestras agujetas en las excursiones cuando iniciamos un complicado trayecto (que se puede salvar en avión) hacia una zona repleta de historia en la cultura China, Guilin. Un bus, un metro y un tren bala, para salvar más de 800 km. en menos de 12 horas. Creo que la conexión más complicada que he realizado nunca en una de nuestras rutas.
Guilin
Desde Guilin nos dirigimos a Yangshuo en barca a través de un precioso recorrido por el río Li. Este trayecto cuenta con innumerables puntos de interés. Acércate a algún guía y estarán encantados de practicar ingles para describirte lugares que requieren de imaginación para ser apreciados. Los niños son capaces de verlos todos.
Yangshuo
A continuación nos dirigimos a Xinping en bus, a muy poca distancia de Yangshuo. En este lugar, nos encontramos con un pequeño pueblo que no cuenta con la masificación típica de China. Un pequeño pueblo que se esta modernizando pero que dista mucho del anterior. Con lugares tan bonitos que han sido elegidos para formar parte en su billete de 20 yuanes, por ejemplo. Y que enseña, entre otras cosas, el arte de la pesca con cormoranes. Que se lo cuenten a Gemma que no podía creérselo.
Yunnan
Kunming
Seguimos bajando al suroeste hacia la region de Yunnan, concretamente a Kunming. Una ciudad que esta creciendo a un ritmo acelerado y que apuesta por ser la capital en la zona oeste de China. Todavía con unos rasgos inundados en su mezcla de etnias, se pueden encontrar fantásticos mercados de aves y plantas, el increíble templo budista de Yuantong y si estas de suerte, como nosotros, observar la migración de aves en el parque Cuihu.
En esta ciudad, podrás entender la importancia que tiene la medicina tradicional china en lugares como la antigua farmacia de Fú Ling Tang y sus remedios a base de infusiones. Sin tenerlo organizado, llegamos de rebote al parque zoológico y de atracciones de Kunming que nos sorprendió bastante. Se quedó en el tintero poder visitar el bosque de piedra de Kunming. Es lo que tiene olvidarse los pasaportes y no poder comprar un billete de bus. No sé, otra vez será?
Dali
De Kunming nos dirigimos, en tren, a la ciudad antigua de Dali para visitar su parte antigua. Por cierto, de noche nos recordó, a lo grande, lo vivido en nuestra primera ruta por China con niños en Pingyao. En Dali, además de su zona peatonal, realizamos una visita circular a su gran lago Erhai. Acompañados por el cuñado de la propietaria del Hostel, vivimos una jornada muy atípica en China. Conectamos muy bien con él y acabamos en casas particulares viendo la China de la trastienda. Cosa que le agradezco mucho.
Shaxi
Acabado el descanso en Shaxi, empezamos a subir hacia la parte de China más cercana al Tíbet. Parándonos primero en Lijiang para acabar, a los tres días, en Shangril·la.
Lijiang
Lijiang cuenta con una ciudad antigua muy enfocada al turismo. Pero desde aquí se pueden recorrer puntos de interés como la montaña nevada del Dragón de Jade, Blue Moon Valley o el Parque del Estanque del Dragón Negro. Es una ciudad ubicada entre montañas que presenta un ordenado sistema de canales y puentes. Te recomiendo que pruebes aquí su pescado de la Montaña nevada o el estofado de Yak.
Shangril.la
Tras unos dias de visitas pausadas, comidas tranquilas y actividades familiares, enfilamos nuestra recta final de la ruta. Y cruzamos el país en avión para terminar en el frenético ritmo de Shanghai.
Shanghai
Salte del guión. Vale mucho la pena y es lo que hace que una ruta por China con niños sea una aventura inolvidable.