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Wat Phra Mae Yen

Wat Phra Mae Yen

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Después de comer y la obligada siesta, nos vamos de excursión al templo Wat Phra Mae Yen. Con unos accesos mejorados en 2014, es una actividad de cosas que hacer con niños en Pai. Ya que puede realizarse a pie desde el mismo pueblo aunque puedes llegar hasta arriba, también, por carretera. Para llegar aWat Phra Mae Yen recorres unos escasos dos kilómetros durante 40 minutos. Pero debes subir por una escalera que cuenta con 353 escalones. Buena suerte. Aquí Gemma lo da todo y sabemos que hoy va a ser día de masaje para los papis, siiiiii.

Este templo Wat Phra Mae Yen presenta una oferta poco espectacular en sí misma, pero si se combina la proximidad del Buda blanco que lo preside en la calle principal, la subida desafiante y la vista espectacular y el espacio chillout en la parte superior, puedes estar seguro que es una de las actividades de cosas que hacer con niños en Pai. Volvemos por donde hemos venido.

Cansados del trayecto, nos dirigimos al hotel por la carretera vieja y nos acercamos a la zona de campamento de elefantes, momento en el que nos paramos para estirar las piernas y dar de comer un poco a tan asombrosos animales, otra vez. Aprovechamos que una de las chicas del campamento se dirige al pueblo, y nos subimos con ella.

Empiezan los preparativos de la ruta 1095

En cinco minutos nos plantamos en el hotel, y estamos lo justo para cambiarnos y bajar al pueblo a cerrar el trato con el coche que mañana nos permitirá hacer con niños en Tailandia, una actividad totalmente diferente y con libertad total. Recorrer la ruta 1095 hasta Mae Hong Song.

Llego al “rent a car”, una casa con patio interior situado en la carretera principal que une Chiang Mai con Mae Hong Son y el dueño del vehículo insiste en que me lleve el coche hoy mismo por el mismo precio. Me da a mí que no quiere madrugar. Me custodia la moto y así como quien quiere la cosa, aquí estoy sentado en el lado derecho de un toyota, Dios sabe que modelo, negro, con todos los cristales tintados y automático.

Para su alquiler, he pagado 2200 Bath. (unos 60 €), y no me han pedido nada. De nada.

Lo pongo en marcha y había quedado con las chicas en un café que hacen unas tartas buenísimas, el típico coffee cat. Te tomas un café, un trozo de tarta y mientras un gato, te acaricia las piernas mientras se seca el hocico y tu mantienes bajo control a una niña loca por achucharlos. Menos mal que la tarta está impresionante, no recuerdo el nombre pero esta al lado de una de las oficinas de cambio de la calle principal.

 

Así como puedo, me obligo a conducir por el lado izquierdo mientras intento apagar la radio en la que los 40 principales, digo yo, tailandeses suenan sin reparo a todo volumen. La situación es dantesca.

Aparco así como puedo el coche en una calle paralela y nada, que le vamos a hacer, pues como Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. Empieza la aventura de conducir por una de las carreteras más increíbles del mundo. La 1095.

Masaje y a dormir.

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